Parece que son el último 'must' en el mundo de la belleza, pero en realidad los aceites llevan miles de años mimando nuestra piel. Te contamos los secretos mejor guardados de los elixires más poderosos de tu neceser.
Probablemente los aceites sean uno de los principales ungüentos que se puso el ser humano sobre la piel. Al fin y al cabo, pocas cosas hay más sencillas que coger un fruto, exprimirlo con las propias manos y extender las gotas que has conseguido por el cuerpo. «Chinos, hindúes, egipcios, griegos y romanos usaron los aceites como cosméticos, perfumes o inciensos. También conocían sus aplicaciones médicas, culinarias y teológicas, ya que se utilizaban con frecuencia para adorar a los dioses», explica Mar Masulli, fundadora de Mona & Leo. Hipócrates considerado el padre de la Medicina ya prescribía pomadas, baños y vapores perfumados a sus pacientes, «pero fue un químico francés, René-Maurice Gattefossé, quien descubrió las virtudes del aceite esencial de lavanda, en los años treinta del siglo pasado, y creó la aromaterapia, es decir, el arte de conocer y utilizar las propiedades y los beneficios que aportan los aceites», cuenta Alex Nodes, creadora de Alex Carro. «En este sentido cabe diferenciar dos tipos: los vegetales, ricos en ácidos grasos esenciales, que se consiguen prensando los frutos de que se trate, como el de oliva o el de almendras; y los esenciales, que se extraen de diferentes partes de las plantas aromáticas».
En pequeñas gotas
La inmensa mayoría de los aceites esenciales no se pueden aplicar en estado puro directamente sobre la piel, ya que están muy concentrados y pueden cuasar irritaciones. Por eso, lo habitual es que se mezclen con otros aceites vegetales o con agua. «A la hora de elaborar una mezcla para utilizar sobre la piel, la proporción ha de ser un 98 por ciento de sustancia conductora y un 2 por ciento de aceite esencial», recomienda la doctora Adriana Ribé, dermatopatóloga y directora de Ribe Clinic (93 488 12 07, ribeclinic.com). Es decir, «dos cucharadas soperas de aceite vegetal y un máximo de seis gotas de aceite esencial. Si se va a usar en inhalación, se pueden impregnar un par de gotas en un pañuelo».
La medida perfecta
Otra forma muy habitual en la que nos encontramos los aceites es formando parte de todo tipo de productos cosméticos: crema, sérum, champú... Pero ¿cómo podemos saber si lo que nos estamos aplicando lleva mucha o poca cantidad y de qué tipo? No es fácil, ya que la legislación no obliga a indicar el porcentaje de ingredientes que tiene cada producto. Aun así, hay algunos trucos.«Los ingredientes suelen estar listados de mayor a menor cantidad por ejemplo, el agua es el primero que aparece casi siempre. Otra clave es que, aunque los activos se citan en inglés y según su código INCI, es decir, su nombre internacional, en el caso de los aceites vegetales y esenciales lo habitual es que vengan en latín», explica Mar Masulli. Para aplicar el producto, Sandrine Correia responsable de desarrollo de tratamientos de los Laboratorios Darphin recomienda «utilizar cinco gotas del producto: en la frente, en cada mejilla, en la barbilla y en el cuello. Después lo extenderemos desde el interior hacia el exterior del rostro con movimientos descendentes».
ACEITES VEGETALES
Argán
- Qué es: «Conocido como oro líquido de Marruecos por su color, coste y procedencia, se extrae del fruto de la Argania spinosa, un árbol que solo crece en el sur de este país», explica Luz García Toro, farmacéutica y directora de comunicación de Laboratorios Arkopharma.
- Activos principales: tiene ácidos grasos esenciales omega 3 y 6, además de ser un concentrado único de vitamina E.
- Propiedades: «Sus antioxidantes se emplean para prevenir el desecamiento prematuro y combatir el envejecimiento cutáneo», afirma Luz.
Girasol
- Qué es: extraído de las pipas del Helianthus annuus, su consumo está muy extendido en dermatología.
- Activos principales: tiene una elevada dosis de vitamina E, muy importante por su capacidad para frenar la oxidación de la piel y aporta ácido linoleico.
-Propiedades: además de su gran capacidad de hidratación y su acción antienvejecimiento, se utiliza para combatir el acné, ya que es un buen antibacteriano. También está recomendado para reducir la irritación del cuero cabelludo, la caspa y el exceso de grasa en el pelo.
Oliva
- Qué es: como en el caso de la comida, el de mejor calidad es el de virgen extra.
- Activos principales: «Es un antioxidante natural gracias a los polifenoles que contiene», explica Fernando Oliva, director general de La Chinata. Es rico en vitamina E, caroteno, alcoholes grasos y ácido linoleico.
- Propiedades: «Es muy hidratante, protege contra los radicales libres, no irrita y tiene una eficaz acción contra el envejecimiento de la piel», describe Oliva.
Almendras dulces
- Qué es: el Prunus amygdalus dulcis se lleva cultivando en la cuenca mediterránea desde hace miles de años. Es muy importante tener en cuenta que solo se emplea la dulce, porque la amarga es muy tóxica, especialmente para los niños.
- Activos principales: es muy rico en vitaminas A, B y E, así como en ácidos oleico y linoleico.
- Propiedades: calma y alivia las molestias de la piel, por lo que es muy apreciado para las dermis más delicadas, como las de los bebés y los niños pequeños. Como es muy regenerante, se suele emplear para cuidar pequeñas heridas, roces, grietas... También sirve para desmaquillar.
Germen de trigo
- Qué es: ligeramente anaranjado, es escaso y muy difícil de conseguir.
- Activos principales: es muy valorado por su alta concentración de vitaminas especialmente A, D, y E, minerales, proteínas y ácidos grasos.
- Propiedades: además de proteger frente a la acción de los radicales libres, es muy hidratante, mejora la elasticidad y calma y suaviza la piel.
Rosa Mosqueta
- Qué es: procedente de las semillas de la Rosa moschata, crece en estado salvaje en América del Sur, donde la utilizan como ungüento.
- Activos principales: tiene una alta concentración de ácidos poliinsaturados, muy buenos para favorecer la regeneración celular y conservar la elasticidad.
- Propiedades: según García Toro, sus usos y aplicaciones van «desde la regeneración de tejidos dañados hasta el retraso en la aparición de líneas de envejecimiento prematuro y la prevención de arrugas».
Coco
- Qué es: procede de la pulpa blanca y comestible del interior de la semilla de Cocos nucifera.
- Activos principales: tiene un 90 por ciento de ácidos grasos saturados, como el palmítico y el láurico.
- Propiedades: gracias a su gran densidad, es muy apreciado por su potencial para nutrir la piel. Forma parte de las fórmulas de muchos jabones, productos capilares, cremas corporales y, por supuesto, de protectores solares.
ACEITES ESENCIALES
Árbol de té
- Qué es: conocido también como tea tree oil, procede de un árbol originario de Australia el Melaleuca alternifolia, donde se utiliza desde hace cientos de años por sus numerosas propiedades.
- Activos principales: es un excelente antiséptico.
-Propiedades: es uno de los pocos aceites esenciales que se pueden utilizar en su forma pura, siempre que se haga en pequeñas superficies de la piel. Actúa contra las bacterias, hongos y virus. Además, es cicatrizante, antiinflamatorio, desodorante, expectorante y balsámico.
Lavanda
- Qué es: la Lavandula officinalis es una planta perenne que se puede encontrar fácilmente por toda la cuenca mediterránea, donde crece libremente gracias al sol y la humedad.
- Activos principales: rica en diferentes ácidos, como el cumárico, un buen antioxidante, y saponinas, con una acción similar a la del jabón.
- Propiedades: se puede aplicar directamente sobre la piel, pero es conveniente probar primero. Calma, relaja, ayuda a cicatrizar las pequeñas heridas, reduce la inflamación y tiene acción antibactericida y antiséptica.